lunes, 28 de septiembre de 2009

13.


Y cada noche sigo pidiendo clemencia.
Cada noche me arrodillo en la cama, y trato de no cortar mi lengua a mordiscos. Trato de no llorar. Trato de no dejar mis uñas clavadas en las palmas de mis manos.
Pero es imposible. Te amo.
Le pido a alguien, a nadie, que me ayude. Que no me deje, que por mas terca que sea, mas arrogante que pueda resultar, que o me abandone, porque las fachadas son fachadas, solo eso. Frente al verdadero huracan, volaran cual hoja de papel.
Y cada noche sigo pidiendo clemencia.

No hay comentarios: